Meditación para niños
La meditación además de calmar la mente, que es el sentido que muchos le
damos a esta práctica, la “MEDITACION NO ES MAS QUE VIVIR EN EL PRESENTE”
Yo tenía una idea bastante limitada de lo que es meditación, pensaba que
solo consistía en sentarse tranquilo, sin ruidos, sin distracciones y
concentrándose muy profundo en la respiración. Por lo que imaginarme a un niño
meditando quieto y tranquilo, la verdad que no lo veía fácil de suceder.
Sin embargo, el estado meditativo va más allá…
Cuando estamos haciendo algo que nos apasiona ocurren estados no mente, en
los cuales entramos en meditación sin estar muy conscientes de ello.
Un niño concentrado jugando con sus cochecitos, está en estado meditativo,
un jugador de tenis, en pleno partido puede estar en meditación, un panadero
amasando la masa puede estar en un momento meditativo, es un fluir en el
momento actual.
En esos momentos somos verdaderamente felices, estar en el presente no es
solo vigorizante, sino que la verdadera diversión sólo puede ocurrir en el
PRESENTE.
La MEDITACIÓN consiste en entrenar la mente para que esté enfocada en el
AQUÍ y el AHORA.
Ahora bien, imagina lo valioso de entrenar desde pequeños la meditación.
“Si le enseñáramos
meditación a cada niño de 8 años,
eliminaríamos la violencia,
en una sola generación”
Dalai Lama
Este entrenamiento no se enseña en los colegios, aunque sea la base de un
estudio y vida exitosa. Con una mente centrada somos capaces de hacer las cosas
dos veces más rápido y 10 veces mejor, que con una mente distraída.
Pero en realidad, no le enseñamos a los niños a meditar, les hacemos
recordar lo que ya sabían y puede que hayan olvidado.
Todos los niños nacen en un estado meditativo, pero son iniciados en las
costumbres de la sociedad; hay que enseñarles a pensar, a calcular, a razonar,
a discutir; hay que enseñarles palabras, el idioma, los conceptos. Y poco a
poco pierden contacto con su propia inocencia.
“La MEDITACIÓN es el estado
natural que hemos perdido”.
Osho
La meditación es un Paraíso perdido, pero se puede recuperar. Mira en los
ojos inocentes de un niño, mira y verás un silencio tremendo, una inocencia.
La meditación es algo que has conocido antes; por eso, cuando por primera vez conozcas la meditación, te sorprenderás, porque tendrás la
sensación de que ya la conocías. No se puede perder: sólo se puede olvidar.
Nacemos meditadores, después aprendemos los
caminos de la mente. Pero nuestra verdadera naturaleza permanece escondida en
algún lugar como una corriente subterránea. Cualquier día excavas un poco y encuentras
la fuente todavía manando, el manantial de aguas frescas. Y la alegría más
grande de la vida es encontrarla.
La meditación es un camino para ir dentro de
nosotros mismos a una profundidad donde los pensamientos no existen, por eso no
es una doctrina. No es enseñarte nada; de hecho, es sólo hacerte más consciente
de tu capacidad interna de estar sin pensamientos, de estar sin mente. Y el
mejor momento es cuando el niño está todavía sin corromper.
Los niños pueden entrar en la
meditación muy fácilmente. Al niño
sólo le puedes invitar con profundo respeto. Baila con él, canta con él, juega
al yoga con él, siéntate en silencio con él. Poco a poco él comenzará a
absorberlo. Poco a poco comenzará a, disfrutar del juego. Para él no puede ser
una cosa seria, no debe serlo para nadie. Sólo puede ser un juego. Por eso,
ayúdale a jugar a la meditación. Deja que sea un juego y poco a poco empezará a
gustarle.
Empezará a preguntarte: «¿Cuándo vamos a jugar a la meditación?»
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